Reseña/Citas: Querida Ijeawele. Cómo educar en el feminismo. (Chimamanda Ngozi Adichie)

Ó 14 SUGERENCIAS DE CHIMAMANDA NGOZI ADICHIE PARA EDUCAR EN EL FEMINISMO.

FICHA TÉCNICA

Título: Querida Ijeawele. Cómo educar en el feminismo.
Autora: Chimamanda Ngozi Adichie. (Traductora: Cruz Rodríguez Juiz)
Editorial: Literatura Random House.
ISBN:978-84-397-3270-9.
Año de publicación: 2017.
Número de páginas: 90.
Género: Epistolar.
Resumen:

«En lugar de enseñarle a tu hija a agradar, enséñale a ser sincera. Y amable. Y valiente. Anímala a decir lo que piensa, a decir lo que opina en realidad. [...] Dile que, si algo la incomoda, se queje, grite.»

Muy buenos días a todos. ¿Qué tal ha ido el verano?

Yo, por mi parte, tras el largo parón al que sometí el blog tengo ya ganas de volver con fuerza y recuperar el tiempo perdido. Creo que he recuperado emoción por el blog durante estos días de ausencia y sobre todo el interés por seguir escribiendo entradas. Espero que en esta segunda etapa muchos sigáis por aquí conmigo y que vayan llegando más nuevos lectores con quienes interactuar. Por supuesto, os espero a todos como siempre en los comentarios que, ya sabéis, serán respondidos sin falta.

Yendo ya con la entrada que nos ocupa, os comento que trata sobre el último libro que leí, a inicios de agosto, antes de irme de vacaciones. Se titula Querida Ijeawele. Cómo educar en el feminismo, de la nigeriana Chimamanda Ngozi Adichie, situada entre las voces más destacadas del feminismo actual tras la publicación de su libro Todos deberíamos ser feministas (que tengo en pendientes), que fue declarado lectura obligatoria en las escuelas de Suecia. La autora vive entre Estados Unidos y su país natal, Nigeria, y es una autora emblemática del panorama literario africano. Actualmente tiene nueve novelas publicadas, las dos últimas (las mencionadas en este párrafo) publicadas en 2015 y 2017 respectivamente.

OPINIÓN

Supongo que es de rigor empezar la reseña de Cómo educar en el feminismo comentando que compré este libro por recomendación indirecta de @trad_carbaes, quien me recomendó a la autora cuando yo andaba en busca de libros de autores africanos. Por otro lado, lo empecé a leer porque ganó la encuesta que realicé por twitter en la que competía contra Harry Potter and the chamber of secrets de JK Rowling, Cuentos del mañana para ayer de Begoña Perez Gil e ILLUMINAE. Expediente_01 de Amie Kaufman y Jay Kristoff, todos ellos dentro de la iniciativa #LeoAutoras, y que voy a seguir leyendo en el orden en que quedaron en la encuesta, que a continuación os comparto:

ENCUESTA EXPRESS ¿Qué leo ahora? #LeoAutoras

— Stiby (@Stiby2) 22 de julio de 2017

Querida Ijeawele. Cómo educar en el feminismo es un libro muy corto, que se lee en menos de una hora, y que me ha parecido muy interesante, principalmente por ser mi primera incursión en una novela africana (si no contamos a Tolkien como tal) y en segundo lugar por las ideas que refleja. Es un tratado directo y básico, escrito en forma de carta de parte de la autora a una amiga suya que le pide consejo para, como bien dice el título, educar a su futura hija dentro del feminismo.

Podría parecer por el título que va a ser denso o político o, no sé, podrías llegar a pensar que no es para ti, por ese miedo intrínseco e infundado que mucha gente le tiene a la palabra feminismo, pero tras leerlo puedo decir que es un libro muy ilustrativo, con ejemplos y situaciones concretas y muy cotidianas expuestas de una forma que te hacen pensar "¡pues por supuesto!". Para alguien como yo, interesada en el feminismo pero que no había leído mucho sobre el tema a parte de hilos en twitter o entradas en blogs, creo que es una lectura muy fácil de seguir y que logra hacerte empatizar con lo escrito, por lo que lo recomiendo mucho.

Salvo un par de detalles hablando sobre la cultura negra que creo que no he llegado a entender del todo, he estado de acuerdo con absolutamente todos los consejos que Chimamanda Ngozi le da a su amiga en esta carta, recopilada hoy en este libro tan corto y cotidiano, que me ha gustado mucho.

Como podéis ver en la foto,
lo he llenado de posits,
porque él venía lleno de ideas
que me ha gustado remarcar.

La gente a veces le tiene miedo a la palabra feminismo y creo que es porque no comprenden su significado, el querer que la mujer se deshaga de las cadenas que la sociedad le ha impuesto desde siempre, el romper con las desigualdades de género que dan más posibilidades a los hombres por el simple hecho de serlo, el hacer una sociedad más justa e igualitaria. Yo creo que este debería ser el camino natural de todas las personas, porque de no ser así, la mujer siempre estará considerada por debajo del hombre, simplemente por el hecho de ser mujer. Triste. Cierto. Todavía cierto.

Mi tercera incursión en un libro de corte feminista (tras La guerra no tiene rostro de mujer (Svetlana Alexievich) y El cuento de la criada (Margaret Atwood), pero no será la última. Me ha dejado muy buen sabor de boca y ganas de leer más libros de la autora. Ya tengo anotadas unas cuantas recomendaciones más, de hecho. Esta lectura, además, forma parte de mis retos de lectura del 2017 en las candidaturas de #6continentes (5/12) - escritora africana y #12meses12descubrimientos (8/12) - Chimamanda Ngozi Adichie.

Por último, y no por ello menos importante, me gustaría dejaros aquí 14 citas que Chimamanda Ngozi nos regala en este libro, la carta que le escribe a su amiga Ijeawele e, indirectamente, a todas nosotras.

14 CONSEJOS DE CHIMAMANDA NGOZI ADICHIE (O CITAS DEL LIBRO QUE ME HAN GUSTADO)

Cuando, hace un par de años, una amiga de la infancia que se ha convertido en una mujer brillante, amable y fuerte me preguntó cómo criar a su hija para que fuera feminista, lo primero que pensé fue que no lo sabía.

Todo el mundo tendrá una opinión de lo que deberías hacer, pero lo importante es lo que tú quieras y no lo que los demás quieran que quieras.

Mi amigo Nwabu una vez me contó que, como su mujer lo dejó cuando los niños eran pequeños, él se convirtió en el Sr Mamá, con lo que quería decir que se encargaba de los cuidados diarios. Pero no estaba ejerciendo de Sr Mamá, simplemente hacía de padre.

Enséñale a tu hija que los "roles de género" son una solemne tontería. No le digas nunca que debe hacer algo o dejar de hacerlo "porque es una niña".
"Porque eres una niña" nunca es una razón para nada. Nunca.

Es curioso, de la manera en que son curiosas algunas cosas tristes, que en 2016 todavía estemos hablando de concinar como una especie de "prueba de aptitud para el matrimonio" dirigida a las mujeres.
Saber cocinar no es un conocimiento preinstalado en la vagina. A cocinar se aprende.

Una vez una joven nigeriana me contó que durante años se había comportado "como un chico" -le gustaba el fútbol y le aburrían los vestidos-, hasta que su madre la obligó a renunciar a sus intereses "de chico" y ahora le agradecía a su madre que la ayudara a empezar a actuar como una chica. La historia me entristeció. Me pergunté qué partes de sí misma había tenido que acallar y enderezar, y me pregunté qué había perdido de su espíritu, porque lo que ella llamaba "comportarse como un chico" era simplemente comportarse tal cual era.

No sabría decirte las veces que personas que aprecio, hombres y mujeres, han esperado que argumentara la causa del sexismo, que la "demostrara", cuando nunca han esperado lo mismo para el racismo. (Obviamente en el ancho mundo, demasiadas personas siguen esperando que les "demuestren" el racismo, pero no en mi círculo inmediato). No sabría decirte cuántas veces personas que aprecio han quitado importancia o negado situaciones sexistas.

Enséñale a cuestionarse a los hombres que sólo empatizan con las mujeres si las ven como una posible relación en lugar de como a seres humanos iguales. Hombres que, al hablar de las violaciones, siempre dirán algo del estilo de "si fuera mi hija o mi mujer o mi hermana". Sin embargo, los mismos hombres no necesitan imaginar a la víctima masculina de un crimen como "su hermano o hijo" para empatizar.

Octava sugerencia. Enséñale [a tu hija] a rechazar la obligación de gustar. Su trabajo no es ser deseable [...]

Si le gusta el maquillaje, deja que se maquille. Si le gusta la moda, deja que se arregle. Pero si no le gusta ni una cosa ni la otra, déjala tranquila. No creas que criar a una feminista consiste en obligarla a rechazar la feminidad. Feminismo y feminidad no se excluyen mutuamente. Es misógino sugerir lo contrario.

[...] enseña a Chizalum que la biología es una materia interesante y fascinante, pero que no debe aceptarla como justificación de la norma social. Porque las normas sociales las crean los seres humanos y no hay ninguna norma social que no pueda cambiarse.

Dile que su cuerpo le pertenece a ella y sólo a ella, que nunca debería sentir la necesidad de decir "sí" a algo que no quiera o para lo que se sienta presionada. Enséñale que decir "no" cuando "no" le parece lo correcto es motivo de orgullo.

En todas las culturas del mundo, la sexualidad femenina tiene que ver con la vergüenza. Incluso culturas -como muchas occidentales- que esperan que la mujer sean sensuales, no esperan que también sean sexuales.
La vergüenza que adscribimos a la sexualidad femenina tiene que ver con el control. Muchas culturas y religiones controlan los cuerpos de las mujeres de una forma u otra. Si la justificación para controlar los cuerpos femeninos tuviera relación con las mujeres, entonces podría entenderse. Si, por ejemplo, la razón fuera: las mujeres no deben llevar minifalda porque les provoca cáncer. En cambio, la razón no guarda relación con las mujeres, sino con los hombres. Las mujeres deben "cubrirse" para protegerlos. Lo considero un acto profundamente deshumanizador puesto que reduce a la mujer a mero atrezo para los apetitos masculinos.
Y a propósito de vergüenza: nunca relaciones sexualidad y vergüenza. Nunca priorices la "virginidad". Toda conversación sobre virginidad deviene en una conversación sobre la vergüenza. Enséñale a rechazar la conexión entre vergüenza y biología femenina.
¿Por qué nos educan para hablar en voz baja del período? ¿Para que nos abrume la vergüenza si la menstruación nos mancha la falda? La regla no es motivo de vergüenza. La regla es normal y natural y la especie humana no estaría aquí si la regla no existiera. Recuerdo a un hombre que me dijo que el período era como la mierda. Mierda sagrada, le respondí, porque no estarías aquí si no existiera.

Date cuenta, por favor, de que no estoy proponiéndote que la eduques para que "no juzgue", como suele decirse ahora, cosa que me preocupa un poco. El sentir general que se esconde tras esta idea está bien, pero "no juzgar" puede degenerar fácilmente en "no tener una opinión sobre nada" o "callar las opiniones propias". Y por tanto, lo que espero para Chizalum es lo siguiente: que esté repleta de opiniones y que sus opiniones tengan un punto de partida fundado, humano y de amplias miras.

¿Habéis leído este libro? ¿Qué os ha parecido? ¿Os han gustado las citas? ¡Me interesa vuestra opinión!