Advertencia/TW: Este relato es desagradable, en general. TW insectos, institución psiquiátrica.
¿Que si recuerdo el día que me marché? Lo recuerdo como si hubiese sido ayer y al mismo tiempo, de forma tan confusa que podría tratarse de otra vida. Fue el mismo que soñé por primera vez con mi propia muerte, nueve horas antes de que Ramón —uno de nuestros internos más conflictivos— fuese devorado por las avispas carnívoras de Asia.
Hay momentos de neblina, que mi cerebro ha decidido omitir para ahorrarme los recuerdos, pero me contaron que fui de inmediato a internet, como una autómata, a comprar un billete de avión: solo ida. Tres días después de aquello y habiendo interpuesto más de mil kilómetros de distancia, todavía podía oler su sangre. Nunca había pensado que la sangre pudiese oler tanto... Ningún trabajo merece tener que vivir con estos recuerdos.
¿Que si recuerdo el día que me marché? Lo recuerdo como si hubiese sido ayer y al mismo tiempo, de forma tan confusa que podría tratarse de otra vida. Fue el mismo que soñé por primera vez con mi propia muerte, nueve horas antes de que Ramón —uno de nuestros internos más conflictivos— fuese devorado por las avispas carnívoras de Asia.
Hay momentos de neblina, que mi cerebro ha decidido omitir para ahorrarme los recuerdos, pero me contaron que fui de inmediato a internet, como una autómata, a comprar un billete de avión: solo ida. Tres días después de aquello y habiendo interpuesto más de mil kilómetros de distancia, todavía podía oler su sangre. Nunca había pensado que la sangre pudiese oler tanto... Ningún trabajo merece tener que vivir con estos recuerdos.