#UnAñoDeAutoras 2018: Reseña Harry Potter and the Prisoner of Azkaban (HP3) (JK Rowling)

O LAS DIVAGACIONES DE UNA POTTERHEAD TRAS UNA MUY FELIZ RELECTURA.

Harry Potter and the Prissoner of Azkaban (HP #3).

FICHA TÉCNICA

Título: Harry Potter and the Prisoner of Azkaban (HP #3)
Autora: JK Rowling (Ilustrador: Jim Kay)
Editorial: BLOOMSBURY.
ISBN: 9781408845660.
Año de publicación: 2017 (original: 1999).
Número de páginas: 336.
Género: Fantasía.
Resumen: Celebrate 20 years of Harry Potter magic!

An extraordinary creative achievement by an extraordinary talent, Jim Kay's inspired reimagining of J.K. Rowling's classic series has captured a devoted following worldwide. This stunning new fully illustrated edition of Harry Potter and the Prisoner of Azkaban brings more breathtaking scenes and unforgettable characters – including Sirius Black, Remus Lupin and Professor Trelawney. With paint, pencil and pixels, Kay conjures the wizarding world as we have never seen it before. Fizzing with magic and brimming with humour, this full-colour edition will captivate fans and new readers alike as Harry, now in his third year at Hogwarts School of Witchcraft and Wizardry, faces Dementors, death omens and – of course – danger.

OPINIÓN / REFLEXIÓN

/!\ (CON MUCHOS SPOILERS) /!\
Tenía muchísimas ganas de releer este libro, uno de mis favoritos de la saga en la primera lectura y puede que el favorito ahora mismo por todas las cosas que significa para la trama y lo que en su día significó para mí (entre otras cosas, gracias a él empecé a escribir, como os comentaba en mi artículo #0: mi carta a los Potterheads).

No me ha decepcionado en absoluto y lo he disfrutado muchísimo. Me ha dejado, de hecho, con ganas de leer más sobre los Merodeadores, cuya imagen tenía bastante distorsionada, porque básicamente los rechazaba por haber sido malas personas con Snape, pero ya llegaremos a ello.

Hoy he venido aquí a decir unas cuantas cosas que nunca he comentado sobre estos libros, y creo que como este tercer tomo es a mi parecer el último que tiene un tono algo infantil antes de dar paso a la oscuridad que comienza en el cuarto, es un buen momento para abrir... ¡la caja de Pandora!

Ya he dicho en muchas entradas todas las cosas buenas y maravillosas que me ha aportado la saga de Harry Potter, así que tal vez esta reseña no concuerde con las cinco estrellas como una catedral que voy a darle al libro, pero será porque voy a centrarme en detalles random. Que me encanta y me parece fascinante, súper entretenido, divertido, con buen ritmo y bien escrito, ya lo sabéis, así que ¿para qué repetirme?

Comenzaré pues esta sección de detalles rebuscados por una Potterhead por el principio. Exacto: la estancia de Harry en Privet Drive.

Ahora que me estoy fijando más en la representación en la ficción (no sólo de mujeres) debo decir que este libro cumple el test de Bechdel gracias a que Hermione habla con sus profesoras y McGonagall habla con Rosmerta (creo recordar), pero tiene una representación bastante pobre de personas gordas. Vernon y Duddley Dursley los únicos personajes que recuerdo que se pinte explícitamente como gordos y de regalo son totalmente desagradables.

Leyendo el libro desde una perspectiva adulta y obviando el asunto de la magia y que la estancia con los Muggles es sólo el canal que usa Rowling para comenzar la historia de forma conocida, es horrible el trato que esta familia da a Harry. Yo no dejaba de preguntarme: ¿no hay unos servicios sociales en el Mundo Mágico? ¿Cómo puede ser que el Salvador del mundo y la persona más famosa e idolatrada esté viviendo con gente que le maltrata y nadie haga nada? ¿Cómo puede ser que Dumbledore haga oídos sordos y ojos ciegos ante esta situación? ¡Qué tiene doce años y sus tíos fingen que no vive en esa casa cuando sus amigos le llaman por teléfono! ¡Y jamás le han comprado ropa de su talla o hecho un regalo de cumpleaños! Es más, padecen una necesidad patológica de hacerle daño, emocional y físicamente, engañándole sobre sus orígenes, sin darle de comer, encerrándole en su habitación porque sí o fingiendo ante el resto de la familia que es un delincuente y que su padre era un alcohólico. No entiendo cómo la gente alrededor de Harry no hace nada por sacarle de esa situación.

Supongo que son cosas que te preguntas cuando ya no tienes 14 años. O cuando quieres comentar un libro de Harry Potter mencionando detalles sobre los que no hayas dicho nada todavía, después de veinte años. Otra de estas cosas que cambia con el tiempo (o más bien con la relectura), es que leer este libro desde la perspectiva de conocer la realidad sobre Sirius ha sido muy doloroso. He sufrido cada vez que Lupin mencionaba el nombre de su amigo o era adorable con Harry, claramente destrozado por saber que juzgó tan mal a uno de sus amigos, sintiéndose culpable por algo que ni siquiera era culpa suya.

Mood del día de mi cumpleaños:

#LCAzkaban "Black lost everything the night Harry stopped You-Know-Who, and he's had twelve years alone in Azkaban to brood on that...."

Yo: pic.twitter.com/cLDjFY9fTM

— Stiby #Lectober (@Stiby2) 15 de septiembre de 2018

Centrándome en el personaje de Sirius (y en mi caja de pañuelos), tengo que comentar que se trata de alguien que pasó 12 años en la peor prisión del mundo por un crimen que no cometió, justo después de perder a sus amigos por un fallo que él considera su culpa. Cuando al fin escapa, el hijo de estos amigos junto a toda la comunidad mágica, sigue creyéndole culpable del asesinato. Incluso su único amigo vivo (que no es un traidor), Lupin, le cree culpable hasta que no tiene pruebas concluyentes a su alcance. Imaginar toda esta situación me ha parecido muy triste y sin embargo es algo que cuando leí el libro por primera vez, con unos trece años, no me dejó ninguna huella.

Sobre Sirius precisamente trata la nueva ronda de preguntas sobre la estructura absurda del mundo mágico que os traigo aquí para vuestro disfrute (o el mío). Teniendo magia, ¿qué tipo de seguridad es un cuadro que pide una contraseña y se espanta con un cuchillo? Y más grave todavía, ¿qué absurda justicia tienen en este mundo? Teniendo pensaderos y legeremancia, veritaserum y giratiempos, ¿de verdad nadie es capaz de demostrar que Sirius no merece ir a Azkaban? ¿De verdad mantienen a un hombre inocente en la cárcel (esa horrible cárcel) durante doce años y después le condenan a la clandestinidad porque “no se puede demostrar su inocencia”? ¿Porque “nadie creerá en la palabra de unos niños”? ¿Ni siquiera si uno de esos niños es el hijo de las personas cuya muerte el condenado supuestamente produjo? ¿Ni siquiera con el apoyo de Albus Dumbledore? ¿El mismo Albus Dumbledore que sacó a Hagrid de Azkaban? ¿Qué maldita cosa hace falta para demostrar su inocencia, que llegue Voldemort y se presente en el Ministerio para confesar que no era seguidor suyo? (Esto habría sido un puntazo, la verdad).

Siendo Azkaban un lugar tan horrible, cualquiera diría que se lo pensarían dos veces antes de mandar a una persona allí, ¿no? Pero en realidad a veces parece un poco aleatorio. Es decir, a Hagrid le rompen la varita y le expulsan de Hogwarts siendo un niño porque piensan que abrió la Cámara de los Secretos y eso produjo la muerte de una persona. Sin embargo, ¿le meten a Azkaban porque uno de sus Hipógrifos le da una coz a un alumno? Por mucha influencia que tenga Lucius Malfoy, de nuevo, ¿no vale nada la palabra de las decenas de adolescentes que estaban allí para ver que Malfoy estaba provocando al animal cuando había sido advertido contra ello? Que no podemos afirmar que Hagrid sea un buen profesor, pero al menos eso sí que lo repite varias veces.

Que esa es otra, el CV escolar de Hogwarts brilla por su ausencia. Los alumnos llegan a su tercer año de escolarización sin haber tenido una sola clase práctica de Defensa Contra las Artes Oscuras, que me dirás tú quién aprende a dibujar sin haber dibujado nada en su vida. ¿Es que no hay un temario oficial? ¿Unos mínimos que cumplir, estandarizados en todas las escuelas? Pues parece que no. De hecho, los profesores son elegidos a dedo por Dumbledore y sin siquiera tener que tener un curso o preparación sobre ello (clara muestra de nulas capacidades docentes congregadas en el castillo tenemos en Hagrid, Trelawney, o, ¡Merlín santo! ¡en Snape!) Que manda narices que tenga que llegar Hermione a “desenmascarar” al fraude de Sibyll Trelawney y nadie más mueva un dedo por ofrecer una educación de calidad. ¡Ni que fuese el mundo Muggle! (Perdón, perdón, ¡es que incluso en el mundo Muggle tenemos mejor educación que esa!)

Sobre este tema me tengo que detener a hacer un apunte sobre la forma maravillosa que tiene Rowling de mostrarnos como Hermione madura, ya no idolatra a todos los profesores, es capaz de darse cuenta por sí misma que ese rango, al igual que la adultez™, no los define inmediatamente como buenas personas, ni siquiera como buenos docentes. Y que no tiene por qué soportar una clase impartida por una persona que, claramente, es un fraude y no sabe nada sobre la materia que está enseñando. (Inciso: ¿Nadie ha pensado en una inspección del ministerio a la educación?, porque lo de este colegio es de traca).

Y como después de la tormenta siempre llega la calma, por favor, abriré un melón para que nunca se vaya el aprecio que he sentido por McGonagall durante (sobre todo) esta lectura. Inflexible con la educación de los chicos es capaz de calmar sus miedos sobre augurios de muertes y otros temas, aconsejarlos, dar su opinión sin faltar al respeto a sus compañeras de profesión por mucho que ni ella misma crea que la merecen (ejem, Trelawney, ejem). Poniendo a McGonagall al lado del capullo de Snape, que aprovecha la baja de Lupin para menospreciarle delante de sus alumnos, pasarse su programa educativo e instrucciones por el forro y básicamente intentar por todos los medios hacerle la vida más difícil sólo porque durante la adolescencia fueron enemigos… en fin. Por no hablar del absoluto menosprecio que tiene por los alumnos sólo por el hecho de no ser Slytherins (¡llama sabelotodo a Hermione porque responde a su pregunta!, o sea, como dice Deam, ¿para qué pregunta, si no quiere que le respondan?)

Que alguien traiga una escoba, hay trozos de el pederstal en el que mi yo adolescente había puesto a Snape que recoger del suelo.

Sigo con el profesorado, aunque voy a enfocarlo de otra forma, porque siempre se habla mucho de los valores de amistad que promueven estos libros, encarnada sobre todo en el trío de oro, pero hoy siento la necesidad de resaltar la amistad entre ellos y Hagrid. En ella encontramos algo que no aparece mucho: amistad entre un adulto y un adolescente. Porque sí, puede existir. También en Hagrid encontramos a una buena persona, alguien puro con todas las letras de la palabra, incapaz de pensar mal de nadie, ni siquiera de un animal salvaje. Un adulto que no ha acabado sus estudios y que aún así ha sido capaz de labrarse un futuro digno y una vida que ya les gustaría a muchos vivir. En él encontramos una imagen que hay que guardar, porque lo importante en la vida no es haber estudiado y saberse muchas cifras o saber sumar y restar y escribir bien (que, por cierto, Hagrid escribe bien en la versión inglesa, lo único que tiene es un acento al hablar) o saber latín o griego. Uno no está ipso-facto por encima de los demás en cuanto estudia una carrera o es inteligente (por mucho que sea el debate de actualidad en twitter); porque que hayas sacado mil sobresalientes en tu vida no quita que después puedas ser una mierda como persona. Y lo mismo en el sentido inverso. Deberíamos tenerlo siempre presente y creo que es algo que a todos se nos olvida a menudo.

No nos merecemos a Hagrid. No nos lo merecemos. Y Harry y Ron tampoco. #LCAzkaban pic.twitter.com/EUPVEv5OqV

— Stiby #Lectober (@Stiby2) 29 de septiembre de 2018

Sobre el ritmo narrativo de este libro, creo que de la saga es de los que mejor gestiona la tensión, girando en torno a Sirius Black sin que nos demos prácticamente cuenta. Inicia con un asesino suelto en el mundo Muggle que ¡sorpresa! resulta ser un asesino fugado de la prisión mágica supuestamente infranqueable. Después acaba por ser el padrino de Harry y ¡además! el culpable de la muerte de sus padres, de los cuales era amigo. ¡Y de repente entra en Hogwarts! ¡Ese lugar infranqueable! ¡Bua! Estás leyendo eso con las uñas entre los dientes, y para cuando llegas a descubrir la verdad, ¡ya ni te quedan uñas!

#LCAzkaban Wow!! pic.twitter.com/z4zSmGA5l2

— Stiby #Lectober (@Stiby2) 30 de septiembre de 2018

Debo también mencionar que hay muchísimas cosas chulas de las que me he dado cuenta en la relectura. Lupin y su amistad con Sirius, latente cada vez que aparece, Snape sugiriendo que Black puede haber tenido ayuda interna para entrar al castillo, McGonagall tragándose todas las recomendaciones de todo el mundo para decirle a Harry la verdad sobre Sirius yendo tras él...

Además de todo esto una de las cosas que más me gustan de esta trama es que aparecen elementos clásicos de la fantasía con un pequeño cambio de enfoque que los hace especiales: el giratiempo, los hombres lobo, los pasadizos secretos, las profecías, las grandes traiciones, los animagos… creo que se me entiende. Mención especial además a dos detalles: la existencia en el mundo mágico de juicios para los animales (¿para cuándo en la vida real?) y la soberbia creación que son los Dementores. Recientemente he sabido que Rowling encarnó en ellos la imagen de su depresión y, joder, dan verdadero repelús y las clases de Harry y Lupin para convocar un Patronus son desgarradoras. La parte, sin duda, con la que mi corazoncito más sufrió.

Para ir terminando, una nota sobre las ilustraciones. Me han gustado sobre todo los inicios de los capítulos, pero he echado en falta muchas situaciones dibujadas. Hay mil dibujos de Scabbers y Crookshanks, y Lupin apenas sale en una imagen borrosa y otra en blanco y negro, que ya es el doble de lo que aparece Sirius. No hay dibujos de una clase entera, por ejemplo, ni de McGonagall si no recuerdo mal. También mencionar que a nivel de trama me ha sobrado del todo el Quidditch; he sentido que no aportaba nada, más que el misterio en torno a la Saeta de Fuego. Suerte que ya cada vez va a ir teniendo menos importancia en la saga.

Dejo ahora un pequeño detalle de las ilustraciones, pero podéis encontrar más en el hilo de twitter entrando a cualquiera de los tweets:

La verdad que los inicios de los capítulos son preciosos. Mención especial para este. #LCAzkaban pic.twitter.com/URh9wUiDt4

— Stiby #Lectober (@Stiby2) 16 de septiembre de 2018

Cosas feas sobre cosas bonitas #LCAzkaban pic.twitter.com/yy8QTn99Q6

— Stiby #Lectober (@Stiby2) 15 de septiembre de 2018

En serio es un poco cansino creo que este dibujo ha salido ya cinco veces :/ ¡Y no me dibujan un caldero! ¡O el boggart! ¡O a Lupin, coño! #LCAzkaban pic.twitter.com/jmCBDsUKUw

— Stiby #Lectober (@Stiby2) 16 de septiembre de 2018

En resumen, ha sido precioso volver a leer este libro y me ha puesto en la cabeza muchas preguntas que ni siquiera sabía que tendría. Lo acabé con lágrimas en los ojos al ver de nuevo cómo se van al garete todos los sueños de Harry y Sirius cuando Peter escapa. Fue tan triste saber que después casi nada saldría bien… Y, aún así, fue maravilloso y la mejor decisión que tomé para atajar la desidia de la lectura que me estaba sobreviniendo. Estuve durante todo el mes de Septiembre leyendo este libro, y fue, literalmente, un mes mágico.

¿Habéis leído este libro? ¿Qué os ha parecido la entrada? ¿He divagado demasiado? ¿Os habíais planetado las dudas que me entraron en la relectura? ¿Qué pensáis de los personajes, ha cambiado vuestra percepción con el paso del tiempo? ¡Me interesa vuestra opinión!