Está ahí de pie, tan pancho, jugueteando con sus pequeños piececitos, y sus brazuchos escuálidos y me lo imagino haciéndome un corte de mangas mientras huye escondiéndose de mí por los rincones, amparado en la oscuridad. El pequeño tirano me sonríe desde la penumbra cual idea a medio concebir, sabiendo que no puedo alcanzarle todavía. Consciente de que cuando esté a punto de atraparle puede volver a convertirse en humo entre mis dedos y escapar de nuevo, dejándome ahí plantada como un pasmarote inútil. Es lo que lleva haciendo toda la noche. Una y otra vez. Aún así, vuelvo a intentarlo. Te atraparé, susurro al aire.
Le miro fijamente, como si pudiese atravesarle, y cierro la puerta de la habitación con cerrojo mientras, pensativa, me siento en el escritorio frente a un montón de papeles llenos de anotaciones y párrafos con tachones y gotas de tinta. Mojo la pluma y a punto estoy de chuparla en un deje inconsciente que intento sin éxito abandonar desde hace semanas. Entonces el condenado da un respingo y de pronto está frente a mí. Le veo sentado sobre la mesa, bamboleando sus piernas llenas de heridas visibles bajo sus pantalones cortos color caqui y con una sonrisa infantil de oreja a oreja. Le atrapo como idea al vuelo y esta vez pienso asegurarme de que no escapa de esa habitación en muchas, muchas horas. Es mío. Le quiero solo para mí, pienso sonsacarle todos sus secretos, le torturaré hasta la demencia y aún más allá, sólo para después darle algo de felicidad y que aprenda que soy su salvadora, que no debe huir de mí. De hecho, debe aprender, acaso por la fuerza, que fuera de estas cuatro paredes su mundo dejará de existir. Él dejará de existir. O es mío, o no será de nadie.
Ya se lo he dicho unas cuantas veces. El necio no se lo cree. Y yo no amenazo en vano.
—Ya te tengo —susurro, amenazante, entre dientes—. Ahora no huyas y cuéntame tu historia.
Nadie responde a mis palabras. Pero no importa. Siempre tienen miedo de hablar. Al principio. Después les da más miedo quedarse callados: temen desaparecer sin que nadie les conozca.
Evalúo en silencio a mi última presa. En esta ocasión se trata de un niño huérfano, de actitud dicharachera y de mente despierta, un mal pícaro al que llevaba semanas enteras persiguiendo sin éxito. Siento el calor de la anticipación en la boca del estómago mientras escruto su mirada en busca de todas sus vivencias. Ahí están. Le obligo a mirarme y las leo en sus ojos antes de hacerle escupirlas a la fuerza. Un ciego, un clérigo, un escudero, un fraile. ¡Un bulero! ¡Ja! ¡Este dará juego! ¿Un capellán y un alguacil? Tal vez sean demasiados testigos de una vida tan corta, pero, ¿quién soy yo para llevarle la contraria?
Saboreo los entresijos de su pasado como si se tratase de su sangre, pero sabiendo que es mucho más: su vida entera me pertenecerá pronto, para hacerla mía, para darle forma a mi antojo y compartirla con todo el mundo. Robándosela a él para siempre. Me regodeo en la perfección de sus rasgos y en todo lo que aún puedo sacar de él.
El niño me mira primero asustado, luego confundido. No sabe dónde está o cómo ha llegado aquí. No importa, yo se lo diré, y después le atraparé para siempre entre las paredes de esta celda de papel, para que todo el mundo le conozca, le mire, le estudie y sueñe con él, deseando vivir sus aventuras. O no vivirlas en absoluto.
—¿Cómo te llamas? —le pregunto, pues todavía no lo sé.
Él no responde. Tal vez no tenga nombre. No importa, yo soy buena creando nombres, puedo buscar uno que le siente bien. Para él. Para su historia. Nuestra historia.
—¿Te quedarás conmigo? ¿Te quedarás conmigo si te pongo nombre? —susurro, acariciando mi propia barbilla con mis dedos manchados de tinta, dejando un reguero negro sobre mi piel. Me da igual lo que responda. Pienso encerrarle a cal y canto y no podrá escapar aunque lo desee.
—Sí —dice el niño, cortando mi hilo de pensamientos drásticos—. ¿Puedo comerme las uvas? —susurra, señalando los restos de mi cena, que descansan sobre el pie de la cama, en la bandeja que yo misma preparé hace ya varias horas.
Le doy permiso y comienza a engullirlas como si no pensase vivir mucho más. Está equivocado. Va a vivir. Más. Mucho más. Tanto como tarde el papel en volverse amarillo y el idioma mismo en cambiar de forma, y más allá de eso, mucho más allá de eso, seguirá viviendo. Solo que una vida distinta. Una vida a través de mis palabras.
—Te llamaré Lázaro, ¿de acuerdo? —susurro, mirando cómo escurre el jugo de las uvas por su barbilla. Tamborileo con los dedos sobre la mesa y escribo a vuelapluma el comienzo de su testamento. Decido llamarle así en honor al primer dueño al que pienso venderle. Y pienso apellidarle De Tormes en honor al río que le verá nacer. Todo mi plan va cobrando forma.
Estoy tan enfrascada en mi tarea que cuando escucho un ruido al otro lado de la puerta, me sobresalto. Nadie debe saber que estoy aquí, ni lo que estoy haciendo. ¡Nadie debe saber nunca que este niño está conmigo! ¡Qué siquiera existe! Me tacharían de rara, de psicópata, ¡quién sabe si incluso de peligrosa! ¡No! ¡Nadie tiene que enterarse!
Contengo la respiración hasta que el ruido al otro lado de la puerta cesa. Para tranquilizarme, me digo que debía ser mi tío trasteando por la casa, buscando alguna tontería antes de irse a dormir. Ignoro el sobresalto y continúo con lo que estaba haciendo. Aferro el afilado instrumento con el que siempre me aíslo en la clandestinidad y jugueteo con él entre mis manos, atrapando al vuelo una vida, en forma de ideas que luchan por esfumarse. Esta vez no les dejaré. Lázaro tiene una historia que contar antes de morir. Y yo estoy aquí para darle voz. Redactaré sus memorias. Y su testamento.
Holaaaa Stiby!
ResponderEliminarPues como ya te dije por privado me pareció que ya lo había leído antes por lo tanto note claramente la relación entre este y el anterior.
El niño me trajo al principio por el camino de la amargura porque digo que leches es ??? hasta que dije la musa? no puede ser.....y al final acerté XD
Pues me alegro un montón que al final aunque sufriendo un poco hayas conseguido hacer los dos retos en el mes....ponte ya manos a la obra con febrero que recuerda que tiene 28 día y se van volando XD.
Un besito cielete ya sabes que me encanta como lo haces, sigue así.
besitos.
¡Hola!
EliminarYa sabes que tu comentario por twitter me animó muchísimo con este relato, ya que no estaba segura de él, de si era interesante o se entendía algo de lo que quería decir. Al ver tus impresiones me decidí a publicarlo tal cual, así que gracias por eso :)
El niño efectivamente era la musa, la imaginación de Beatriz, todo el relato en realidad sucede en su cabeza, salvo la parte del pergamino y la tinta. Ella se está imaginando al niño, que es el Lazarillo, y el personaje principal de la novela que está creando.
Sobre febrero, ya tengo escrito uno, que de hecho ya leiste hace tiempo, aunque no llega a las 1000 palabras por lo que en febrero no podré tener los 10 puntos, pero ¡sí que voy a intetar escribir dos relatos!
Un besazo a ti y GRACIAS INIFINITAS por todos los ánimos que me das siempre. No te merezco <3
Holaaa!
EliminarDe nada ya sabes que siempre estoy ahí cuando necesites un empujoncito o cuando quieras ver si una tontita entiende tus relatos, el dia que te diga algo que no tiene nada que ver di entonces que Angy esta fatal no que tu lo hayas hecho mal XD...
Besitos.
De tontita nada :D Así que como te vuelva a ver decir eso elimino tu comentario ;-)
EliminarAAAAAAAAAAAAAAAAA
ResponderEliminarMe parece una maravilla, la verdad. El detalle de las uvas ha sido too much pa my heart! Además, Beatriz es la viva imagen de lo grillaos que estamos les escritores xD
Un trabajazo, Stiby <3
¡¡Hola Carlos!! Me alegra haberte hecho sentir tanto hype con este relato, la verdad es que no me esperaba tan buena acogida y me ha sorprendido mucho. Gracias por comentarlo jajaja. Lo de las uvas obviamente es que es la escena que más me traumatizó del lazarillo, cuando luego el ciego le estampa el jarrón de vino en la cara xddddddddd pobre.
EliminarSí, un poco grillados estamos, pero siempre con amor (a veces no).
Muchísimas gracias <3
¡Me encantó! Primero pensé que era la inspiración pero luego me acordé del anterior y pues dije AAAH, y pues eso.
ResponderEliminarMe parece una super idea eso de poner al Lazarillo de Tormes de idea y bueno, me leí el resumen y poco del libro así que XD lo entiendo más o menos.
¡Y es que me da pena no poder comentarte porque o sea no tengo tiempo! Lo saco de la hora de dormir xd
Sigue así belleza :3
¡Hola! Bueno, es que en realidad ES la inspiración. La insmiración en forma de su personaje principal, que es Lázaro de Tormes xD Este relato sucede en realidad antes que el otro puesto que ella está aquí todavía escribiendo la novela.
EliminarMe alegra que te pareciese interesante aún sin haber leído el libro. Es una lectura obligada en prácticamente todos los institutos españoles, pero nunca nadie ha mencionado que su autoría pueda ser de una mujer, al menos no delante de mí.
Este comentario es más que suficiente, con saber que lo leéis y que os transmite algo, yo ya me siento pagada.
Gracias, ánimo con tus relatos!
Estupendo, ¿qué decir? xD
ResponderEliminarEscritura clara pero melosa, con filigrana pero sin ser pesada, soberbia manera de enlazar los dos relatos usando su forma de crear personajes como algo medio fantástico, aunque tenga tanto de verdad, y el acto de escribir como tabú para una mujer, ya que escritura e inteligencia eran cualidades mas bien poco deseables en una mujer por aquella época(algo así como cuando un caballo salía terco y con carácter, lo que los convertía en ejemplares complicados por ser más difíciles de domar, qué cosas...), que le hace ocultarlo y sentirse una delincuente por ello. Muy bien, muy bien, 10op para tu primer mes muy bien logrados. Solo tengo algo de lo que quejarme, me vas a tener que perdonar... pero la uva jamás desprende jugo rosado, nunnnca de los jamases. Explicación de aldeana catalana que vive entre viñas aquí(xD):
La pulpa de la uva siempre es transparente y con un toque amarillento realmente claro, incluso la uva negra. El color de los vinos se debe a la cantidad de piel, y el color de esta, que dejen las vinícolas en la mezcla durante la fermentación, jamás por el color del jugo. Y el color se pasa lentamente al desprender el pigmento y no al masticar, así que en realidad el jugo debería ser transparente... Perdón xD Culturilla popular... Ejem... ejem ejem...(¡HAZTE LA LOCA KAT!...Sí, eso es, cambiemos de tema mejor...)
Bueno en general buenos relatos ambos, pero quizá, el anterior me gustara por el broche final y este me gusta ya de serie por temática. Me encanta el rollo fantasioso que le das a la creación del personaje y por gusto personal tanto la história como la forma de escribirla me llaman más.
Ahora a darle caña a febrero ;3
¡¡Hola guapura!!
EliminarLa verdad es que tu opinión era la que más estaba esperando, no nos vamos a engañar jaja.
Me alegra que te haya parecido bueno. Quise transmitir precisamente esas dos cosas que mencionas, la locura de crear personajes y que estos mismos vayan por caminos inesperados, y sobre todo el hecho de ser una mujer que escribe en la clandestinidad, a escondidas, que es lo que también le da un tinte de "acto criminal" al relato.
¡Nunca me había percatado de lo de la uva! El tema de las uvas está inspirado en este capítulo del Lazarillo de Tormes que siempre me fascinó. ¡Realmente me divertí mucho leyendo este libro! (Pero solo la segunda vez, con 17 años, porque cuando me obligaron a leerlo con 11 realmente quise matar y llorar y patalear porque no entendía absolutamente nada!
Bueno, a lo que íbamos, que gracias por el apunte del jugo, tienes razón, no lo había pensado jajaja.
A mí me gustó más el primero pero sí es cierto que este es más fantasioso, más imaginativo tal vez, asi que entiendo por qué te ha gustado más.
Muchísimas gracias por tu genial comentario y por quererme a tu lado para organizar este magnífico reto.
Un besazo.
Hola Stiby,
ResponderEliminar¡qué buen relato! Me he divertido con el niño musa comiendo las uvas (porque las musas también tienen hambre, jajaja). Muy bien conectado con el primero.
Un abrazo,
Kanetenka
¡Muchas gracias por leerlo y comentar! Justamente quise hacer que el niño fuese a la vez el protagonista del libro que está escribiendo ("La vida del Lazarillo de Tormes", un clásico de lectura obligada en todos los institutos españoles), y la propia inspiración.
EliminarLo de las uvas es un "guiño" a una escena de este clásico en la que el protagonista intenta engañar a su dueño (un ciego) comiendo más uvas de las que le corresponden :-)))
Muchísimas gracias por leer y comentar. Un abrazo!!!
¡Hola Stiby!
ResponderEliminarMe ha gustado mucho el relato y la forma de "conectarlo" con el anterior.
Personalmente, me ha gustado más este, aunque hasta que no he leído a qué ejercicio correspondía he estado un poco perdida jejejeje.
Veo que ya te han dicho lo del vino (comentario de Katty) así que, me lo ahorro yo jajaja.
Un beso.
¡Hola!
EliminarBastantes personas me han dicho que les ha gustado más este que el anterior y yo estoy como WTF? porque no daba un euro por este relato. Así que muchísimas gracias por darme una opinión tan buena (aunque si fuese mala también la querría). Me habéis animado mucho.
Sobre el objetivo, creo que lo puse por twitter, es que yo misma cambié tres veces de objetivo desde que tuve la idea inicial hasta que estuvo terminado. Fui variando entre estos:
4. Escribe un relato en el que el protagonista se convierta en un asesino.
6. Inventa un relato descriptivo que haga que los personajes o la escena en sí, sean algo completamente diferente a lo que parece.
14. Narra algo cotidiano como si fuese una hazaña épica o un acto criminal.
Creo que si Bea hubiese podido matar al Lazarillo, habría servido para la primera historia y habría sido muy chulo para mi gusto, pero no me daba para eso el argumento real del libro, así que por eso fui cambiando y quedó algo extraño :)
Gracias por lo del vino, lo he corregido, que lo tenía pendiente desde que me lo comentó Katty, he cambiado la frase por "mirando cómo escurre el jugo de las uvas por su barbilla". Muchas gracias a ambas, no me había dado cuenta de que el jugo siempre era transparente :D
Un beso y gracias por comentar y leer. <3
Buenas tardes
ResponderEliminarPues este relato está claramente conectado con el anterior. Está bastante bien escrito. Siempre da juego escribir sobre la relación entre personajes y autores. Encuentro que son ejercicios muy buenos imaginarte a tus propios personajes en situaciones ajenas a su entorno. Por ejemplo, tomar a tu espadachín medieval y suponer que te lo llevas a dar un paseo por tu ciudad y tomarte una cerveza con él (o un vino... es que a mí me gusta la cerveza :D ).
No he visto erratas y solo te comento algo que es cuestión de gustos: la narración en presente. Me suena extraño el presente en la narrativa, aunque es una tendencia en alza.
Un saludo.
Juan (alias Mackay)
¡Hola de nuevo!
EliminarEstos dos relatos los concebí más o menos juntos, así que creo que el enlace se ve muy claro. Me alegra que te haya gustado. Sí es un tema recurrente el escribir sobre el propio proceso de creación del escritor, es cierto, aunque yo nunca había escrito sobre ello y me apetecía probar. Por otro lado, siempre he sido dada a eso que cuentas de imaginar personajes (aunque no míos) en situaciones surrealistas, o incluso mezclar tramas de libros distintos en mi cabeza. Es un juego divertido y de hecho escribí en mi adolescencia muchos fanfics basándome en este juego jajaja. Así que entiendo eso que haces, porque yo lo hago también, lo confieso.
Sobre el tema de escribir en primera persona, lo hago bastante, es una cosa que me gusta, siento que los relatos transmiten más así. De hecho a veces me fuerzo a escribir en tercera para no ser tan repetitiva, pero sí que es verdad que tal vez no es tan habitual, pero está creciendo su uso.
Muchas gracias por tu comentario. Saludos!