¡Buenos días, pequeños!
Recientemente he terminado de leer El hombre bicentenario, uno de esos libros que tenía empezados desde hace años, olvidado en la estanería. Y me he puesto a pensar en que, aún siendo una persona que odia dejar libros a medias, en mi estantería hay varios que siguen con el separador entre dos de sus páginas, criando polvo, esperando a que encuentre las fuerzas o las ganas de enfrentarme a ellos de nuevo.
Recientemente he terminado de leer El hombre bicentenario, uno de esos libros que tenía empezados desde hace años, olvidado en la estanería. Y me he puesto a pensar en que, aún siendo una persona que odia dejar libros a medias, en mi estantería hay varios que siguen con el separador entre dos de sus páginas, criando polvo, esperando a que encuentre las fuerzas o las ganas de enfrentarme a ellos de nuevo.