Relato: #52RetosLiterUp #4 - Fobia a las guitarras.

La feria estaba abarrotada, los niños gritaban y los padres, con mil ojos, sonreían recordando su propia infancia, fingiendo darles espacio e independencia totales. Los dos hermanos iban de atracción en atracción hasta que el menor sugirió acudir al puesto de tiro. Dan lo secundó con gritos y saltos de felicidad, y su padre tuvo que hacer de tripas corazón y agarrar la pistola para complacer a la caballería.

—¿Dónde quieres que apunte, Vic? —Preguntó, mientras se colocaba la culata en el hombro tras pagar el medio dólar por pareja de perdigones que indicaba el panel luminoso.

El pequeño se encogió de hombros. Su hermano Daniel, más vivaracho, respondió por él.

—¡La guitarra papi! ¡Para hacer ruido como en el infierno!

El hombre rió ante el comentario, copiado de alguno que probablemente habría oído en casa, y apuntó donde su hijo le decía. Necesitó los dos perdigones, pero consiguió acertar al objetivo: la guitarra cambió de manos.

Vincent se quedó la correa, con la que comenzó a jugar como si de un látigo se tratase, persiguiendo a su hermano que corría con la guitarra de juguete en la mano, riendo a carcajadas como si fuese la cosa más divertida y emocionante del mundo. Su padre sonreía, encantado ante tal vivacidad. Aquél fue el inicio de una gran revolución, un episodio que durante los años venideros sería repetido hasta la saciedad ante el público, sediento de anécdotas.

En aquél momento nadie habría podido imaginar que quince años después, una guitarra eléctrica de verdad habría sustituido a aquél juguete y los escenarios de todo el país al salón de casa donde ambos hermanos torturaron durante años las cansadas mentes de sus progenitores con aporreos al dichoso premio de la tómbola y frenéticos ritmos improvisados en el sofá, la mesa, o cualquier otro mueble o utensilio a su alcance.

Fue a los tres años de formar su grupo, subidos ya en el primer escalón de la fama y con varias giras y conciertos en su tierra natal a las espaldas, cuando se les presentó la oportunidad de una gira internacional que no dudaron en aceptar. Empezaron entonces a buscar representantes, productoras, conductores, agentes de publicidad. Todo un elenco de personajes que cada día crecía más, se unió a la leyenda que surgida de la nada rodeaba su banda hasta hacerla tan grande como lo eran los propios músicos. Y es que esos niños habían crecido a la par que sus habilidades, y el esfuerzo y la constancia, aunadas con el talento natural de ambos descubierto casi por casualidad, les dieron la opción que todos buscaban y casi ninguno conseguía: vivir de la música.

Así que ahí estaban, en aquel enorme escenario, bajo aquellas luces que daban tanto calor que les hacían sudar incluso antes de empezar. Miles de cabezas a sus pies, rostros y brazos alzados, cuernos hacia el cielo y gritos. Gritos de guerra, de éxtasis y de euforia, rugidos de una muchedumbre enajenada que ya estaba en éxtasis antes de que el charles empezase a marcar el ritmo. Acoples, gritos, aplausos. La gente empezó a correr cuando con el primer rasgueo de la guitarra Dan dio inicio al tema. Locura. Si hubiese que emplear una única palabra para describir aquello, sería locura. Si se dispusiese de alguna palabra más, podría darse cabida al polvo que empezó a levantarse cuando la gente echó a correr en círculos, agitando los brazos como si estuviesen poseídos por uno de esos demonios de las películas que había que exorcizar a base de agua bendita. En esta ocasión, ellos lo traían al mundo, a base de Groove Metal.

La adrenalina era total, los gritos simulaban una guerra, el sudor bañaba sus sonrisas y los músculos tensos de los brazos marcaban el ritmo y los acordes, y aquella locura estalló cuando el cantante soltó el primer verso. Aplausos, gritos, euforia. Pero entonces alguien se alzó entre la muchedumbre, con un revolver en la mano. No se escuchó el disparo, pero se vio su arma. De repente los gritos se convirtieron en chillidos y las danzas en carreras despavoridas. Se abrió un hueco en el gentío alrededor del asaltante. Sólo entonces Dan se fue al suelo.

Un sonido hueco y sordo y el retumbar del golpe que dieron los platos de la batería al volcarse bajo su cuerpo, acabaron con la canción. Su hermano se levantó de inmediato del sillín, deteniendo el tema y corriendo a su encuentro, pero Dan no pudo ver nada más. Se le cerraron los ojos, la sangre manaba de una herida de bala en su pecho, empapando la ropa y la guitarra. Mientras las fuerzas de seguridad abatían al tipo que desde la décima fila había disparado con un pequeño revolver, el mundo se fue apagando para el joven guitarrista. Las luces del escenario seguían moviéndose, pero él dejó de verlas. Seguían dando un calor insoportable, pero el sudor de todos los músicos se había convertido en un témpano helado.

El mundo se apagó ante sus ojos hasta que no quedó nada. Y de repente, un golpe en su hombro le sacó de su aturdimiento.

—¡Dan, eres un pelmazo! ¡La bruja esa del futuro es una caca! ¡Yo quiero ir al sitio de tiro! ¡Ven, vamos, papá va a disparar para conseguir la guitarra!

Dan tenía siete años. Parpadeó y miró al frente. Un letrero enorme frente a él rezaba en mayúsculas, sobre la pantalla en negro de una cabina que asemejaba a un fotomatón: "LA BRUJA DEL DESTINO PREDICE TU FUTURO". Y en letras más pequeñas, justo debajo: "medio dólar por profecía, no devuelve cambio". Dan se echó a llorar, diciendo que la guitarra era una caca, que él quería el peluche de la serpiente y que si conseguían la guitarra ¡lloraría más fuerte!

FIN

4. Escribe una historia en la que salves la situación con un mayúsculo deus ex machina.

Este relato está enmarcado en el Reto de escritura de #52RetosLiterUp, y está basado en la triste historia de Dimebag Darrell, guitarrista y fundador de Pantera y de Damageplan, que fue asesinado en un concierto en un club de Ohio, por un fan loco que llevaba tiempo persiguiéndole. Darrell está considerado como uno de los mejores guitarristas de la historia, ocupa el puesto 92 en el Ranking de la Revista Rolling Stone de Los guitarristas más grandes de todos los tiempos, y como el mejor guitarrista del Metal. En la triste realidad, por desgracia, su asesinato no fue una predicción de la bruja del destino.

¿Qué os ha parecido el relato? Espero que os haya gustado. ¡Pronto más relatos dentro de este interesante reto! Mientras tanto, es vuestro turno de opinar en los comentarios. ¡Muchas gracias por leer!